UNIDAD 2: Aspectos fundamentales de la gramática del Español
Capítulo 4: La nueva ortografía de la lengua española.
Recientemente, entre 1999 y 2010, la Real Academia Española y las 22 Academias de la misma lengua en América y Filipinas llevaron a cabo una completa revisión de los aspectos ortográficos, de tal manera que en diciembre de 2010 presentó la edición más reciente, que en palabras de la misma institución es la “más amplia, más detallada y minuciosa”. A lo largo de las próximas tres lecciones, y con base en el propio texto de la RAE, se darán a conocer esas nuevas normas ortográficas vigentes.
Lección 16: Novedades ortográficas I Letras y palabras
Primeramente, recordemos que el abecedario del Español está conformado por 27 letras, que con
su respectiva denominación son las siguientes:
a, A (a), b, B (be), c, C (ce), d, D (de), e, E (e), f, F (efe), g, G (ge), h, H (hache), i, I (i), j, J (jota), k, K (ka), l, L
(ele), m, M (eme), n, N (ene), ñ, Ñ (eñe), o, O (o), p, P (pe), q, Q (cu), r, R (erre), s, S (ese), t, T (te), u, U
(u), v, V (uve), w, W (uve doble), x, X (equis), y, Y (ye), z, Z (zeta). (OLE, 2010: 63). Además de estas letras
(cinco vocales y veintidós consonantes) contamos con cinco dígrafos: ch (choza), ll (llave), gu (guerra), qu
(quiero), rr (arrullo).
B. Se escriben con b las formas de haber, deber, saber y caber (verbos) donde aparece el sonido /b/.
V. Se escriben con v las formas del verbo ir donde aparezca el sonido /b/: voy, vaya, vayamos…;
igualmente los pretéritos indefinidos terminados en –uvieron, –uvo, -uve, (detuvieron, anduvo, tuve).
Se exceptúan las formas del verbo haber (hubo).
W: La w únicamente se usa en palabras provenientes de lenguas extranjeras. Si provienen del Inglés,
se pronuncia como /u/ o como /g/]: wiski - whisky /guíski/. Si provienen del alemán, se pronuncia
como /b/: Wagner /bágner/.
C-Z. Cuando una palabra en singular termina en –z, al pasar al plural cambia la –Z a –C ejemplos
lombriz-lombrices, matiz-matices. Los verbos terminados –zar, en ciertas formas de su conjugación
suelen igualmente cambiar la –z por –c: comenzar-comencemos, empezar-empiece, destrozardestrocé,
entre otros.
C, K, Qu. Se escribe qu delante de e, i (quemar, quizá). Se escribe c delante de a, o, u (cabello, color,
cucaracha). La k se escribe en algunos casos de palabras extranjeras (kiwi, Irak). Respecto a estas
letras se dan casos de palabras que permiten la doble grafía: folclore-folklore, vodka-vodca, bikinibiquini,
euskera-eusquera, quiosco-kiosco, caqui-kaki, póker-póquer.
G, J. La g se escribe delante de a, o, u (gato, gozar, Gustavo); delante de e, i se escribe gu (reguero,
águila). Se escribe gü delante de e, i si necesitamos indicar que la u debe pronunciarse: Argüello,
cigüeña, agüita, pingüino. Es necesario evitar errores ortográficos en los verbos terminados en –ger, -
gir, pues algunas de sus formas requieren escribirse con jota: escoger-escojo-escoja, elegir-elijoelija….
Recordemos que cónyuge se escribe con g y se pronuncia /kónyuje/, luego es equivocado
escribir cónyugue /kónyuge/.
H. Con esta letra, que no representa sonido alguno, suelen presentarse ciertos errores ortográficos,
con algunos verbos que se prestan a confusión; tal es el caso de confundir hecho (del verbo hacer).
Lección 17: Novedades ortográficas 2: Uso de letras mayúsculas y minúsculas
Tal como lo determina la actual Ortografía de la Lengua Española (2011),
El uso distintivo de minúsculas y mayúsculas es una convención estrictamente gráfica,
que solo se da en algunos sistemas de escritura y carece de correlato en el plano
fónico. Las letras mayúsculas representan los mismos fonemas que las minúsculas
correspondientes. Se trata de variantes formales de un mismo grafema, por lo que su
equivalencia oral es idéntica. Esto no significa (…) que su empleo sea indistinto y
puedan intercambiarse libremente. (…) Las normas de uso de las mayúsculas en cada
lengua son convencionales, por lo que no son inamovibles y están sujetas a cambios y
evolución (p. 445).
En el uso del sistema ortográfico del Español, las funciones principales de carácter lingüístico
asignadas a las mayúsculas son las de “delimitar enunciados, marcar los nombres propios o las
expresiones denominativas (en oposición a los nombres comunes o a las expresiones genéricas) y formar
siglas” (OLE, 2011, p. 514).
Lección 18: Novedades ortográficas 3: Mayúsculas, minúsculas y tecnologías de la comunicación
Tratándose de un tema de actualidad y además muy relacionado con la modalidad de comunicación
propia de nuestro entorno académico y social, nos basaremos textualmente en lo expresado por la RAE
(OLE, 2011b) respecto al uso de mayúsculas y minúsculas en los mensajes a través de las nuevas
tecnologías de la comunicación:
El uso de mayúsculas y minúsculas presenta (…) peculiaridades en el ámbito de
las nuevas tecnologías de la comunicación (correos electrónicos, foros, chats y mensajes de móvil), donde la rapidez y la economía suelen ser factores
determinantes. Sus similitudes con la comunicación oral por la brevedad e inmediatez
de los intercambios, y el hecho de que se trate de medios en los que prima el registro
familiar o coloquial,, exento de formalidades, explican la frecuente relajación que en
ellos se observa en la aplicación de convenciones ortográficas que son ineludibles en
textos escritos en otros ámbitos. Así, muchas personas prescinden de usar las
mayúsculas preceptivas en las comunicaciones electrónicas. Esta ortografía relajada,
que puede resultar admisible en medios como los chats y los mensajes de móvil,
donde la rapidez prima sobre la pulcritud (…) no deben extenderse a todos los
intercambios comunicativos realizados por vía electrónica. Así, el uso del correo
electrónico no exime al que escribe de aplicar con rigor las normas ortográficas, entre
ellas la correcta distribución de mayúsculas y minúsculas, ya que este medio no está
tan condicionado como otros por limitaciones de espacio o de tiempo.
Precisamente la cercanía apuntada con el registro oral ha hecho que la
mayúscula haya adquirido en el ámbito de las comunicaciones electrónicas el valor de
presentar la intensidad o volumen de la voz (…). Así, la escritura íntegra en mayúscula
equivale a gritar y, por tanto, en las normas de cortesía establecidas para las
comunicaciones en internet –lo que se ha dado en llamar netiqueta (adaptación al
español del inglés netiquette, acrónimo formado de la fusión de net “red” a la voz de
origen francés etiquette “etiqueta”)- suele recomendarse evitar su empleo, pues se
considera de mala educación, además de que hace más fatigosa y lenta la lectura.
Cada vez con más frecuencia se solicita expresamente a los usuarios de estos medios
que cuiden al máximo la corrección ortográfica de sus mensajes, no solo por
deferencia hacia los demás, sino también para facilitar la lectura y comprensión de los textos.”
Lección 19: Representación gráfica de fonemas vocálicos.
El sistema vocálico de nuestra lengua se compone de cinco fonemas, tres de los cuales (/a/, /e/, /o/)
se representan siempre igual, cada uno con su respectivo grafema, independientemente de la posición
que tengan dentro de la palabra; mientras que los otros dos (/i/, /u/) pueden ser representados por
distintos grafemas. Veamos:
- Representación gráfica del fonema /i/. El fonema /i/ se puede representar gráficamente con dos
letras distintas: i, y. La letra i se emplea en la gran mayoría de los casos para representar el fonema /i/;
sin embargo, hay casos en los que las normas prescriben o admiten el uso de la letra y. En ese sentido, la
i puede aparecer representando este fonema vocálico en cualquier posición, es decir al comienzo, en el
medio o al final: isla, ion, tiempo, alhelí, casi.
Puede suceder que por razones etimológicas la secuencia escrita hi o ih, como sucede con las demás
vocales, le corresponda el correlato fónico del Español estándar: cohibir, hinojo, mihrab, menhir.
En Español se presenta un importante grupo de palabras que, al comenzar con el fonema /i/ seguido
de otra vocal originan variantes escritas con y. Por ejemplo hiedra o yedra, hierba o yerba,
hierbabuena o yerbabuena, hierbazal o yerbazal, hierbatero o yerbatero, deshierbar o desyerbar, iodo
o yodo, entre otros.
El fonema /i/ se representa con la letra y, cuando hace las veces de la conjunción copulativa y: Pedro
y María, madera y hierro.
Cuando el fonema /i/ es átono o inacentuado y va al final de palabra precedido de una dos vocales
con las que forma diptongo o triptongo: Bombay, ley, carey, Uruguay, jagüey, hoy. Pero si el fonema
/i/ final precedido de vocal es tónico o recibe acento, formando hiato o diptongo con la vocal
precedente, debe representarse con la letra i: benjuí, caí, ahí, sonreí, tui (sin tilde por ser
monosílabo); solamente se exceptúa el adverbio muy.
En posición inicial o interior de palabra, en Español solamente es posible el uso del grafema y para
representar el fonema /i/ en los siguientes casos excepcionales: cuando a la forma verbal terminada
en –y se le añade un pronombre enclítico: voyme, doyte; en algunos topónimos y antropónimos:
Yrigoyen, Ynduráin, Goytosolo.
Lección 20: Signos ortográficos.
Se conocen con esta denominación las marcas gráficas que, sin ser letras ni números, se utilizan en la
escritura para que contribuyan a su correcta lectura e interpretación. En el Español actual dichos signos
de acuerdo con sus funciones se clasifican en los tres siguientes grupos:
- Signos diacríticos: son los signos ortográficos que inciden sobre una letra o grafema afectándolo para
indicar en él algún rasgo o valor distintivo. En nuestra lengua son vigentes solamente la tilde y la
diéresis. La primera se conoce también como acento gráfico u ortográfico, es una rayita oblicua (´)
que indica que la sílaba de la que forma parte es tónica, o sea que corta el acento prosódico: púrpura,
Óscar, té; debe trazarse siempre de derecha a izquierda y nunca de izquierda a derecha. Por su parte,
la diéresis también llamada crema, esta formada por dos puntos que deben colocarse
horizontalmente encima de la vocal a la que afectan (¨). Además del uso asignado a este signo en la lección anterior respecto al uso de la letra u, suele utilizarse en textos poéticos colocada sobre algún
elemento de una secuencia vocálica para dar a entender que cada una de las vocales pertenece a
distintas sílabas, aspecto este que tiene su efecto en la medida de sílabas del verso; suele colocarse
sobre la u o sobre la i: “¡Cuán süave resonó en mi oído / el bullicio del mundo y su rüido! (José de
Espronceda), “A mi alma de angustia llena / dejadle llorar de pena / de su eterna vïudez” (R.
Campoamor).
- Signos de puntuación: Según la RAE (OLE, 2011b),
Son los signos ortográficos que organizan el discurso para facilitar su comprensión,
poniendo de manifiesto las relaciones sintácticas y lógicas entre sus diversos
constituyentes, evitando posibles ambigüedades y señalando el carácter especial de
determinados fragmentos (citas, incisos, intervenciones de distintos interlocutores,
en un diálogo, etc.). En el Español actual forman parte de este grupo de signos el
punto, la coma, el punto y coma, los dos puntos, los paréntesis, los corchetes, la raya,
las comillas, los signos de interrogación y de exclamación y los puntos suspensivos. La
mayor parte de ellos, tienen, usos no lingüísticos, que quedan por fuera de los límites
de la ortografía (p. 281-282).
A los signos de puntuación suelen asignársele principalmente las siguientes funciones:
Indicar los límites de las unidades lingüísticas, es decir delimitar las unidades sintácticas y discursivas
del escrito; de esta manera el lector percibe cómo esta organizada la información; así, en el siguiente
ejemplo los signos de puntuación utilizados señalan la presencia de dos enunciados y sus respectivos
límites -¿Qué quieres?- me gritó.
Indicar la modalidad de los enunciados, es decir la manifestación lingüística de la actitud de quien
emite el mensaje. Bajo ese sentido de modalidad los mensajes pueden ser enunciativos,
exclamativos, interrogativos, dubitativos o imperativos. Lo podemos ilustrar con la siguiente
secuencia: Hace frío; ¿Hace frío?; ¡Hace frío!. También los puntos suspensivos pueden indicar
modalidad.
Indicar la omisión de una parte del enunciado. Esta función la cumplen especialmente los puntos
suspensivos; consiste en indicar que parte del enunciado queda inacabado o en suspenso.
Con base en lo aportado por Marte de Carvajal, Moreno, Estrada & Rebolledo (1994) en su texto
Cómo elaborar y presentar un trabajo escrito, se considera que los siguientes son los principales usos de
los signos de puntuación:
La coma (,). Es el signo de puntuación utilizado con mayor frecuencia.
- Se emplea para separar: elementos similares que en el discurso indican serie o enumeración.
(Ejemplo: Los perros, los gatos, las gallinas y los cerdos son animales domésticos); los vocativos
(elementos palabras o expresiones usados para llamar a personas o cosas personificadas a quienes
se les dirige la palabra), del resto de la oración (ejemplo: Sra. María, el almuerzo esta servido. No te
preocupes, amor, todo estará bien); los adverbios y las expresiones adverbiales conocidas como
conectores que se utilizan para introducir o enfatizar el comienzo de una oración (Ejemplo: En
efecto, había intentado engañarme, pero lo descubrí a tiempo).
- Para destacar expresiones incidentales o explicativas. Ejemplo: Pedro, mi hermano, fabrica baterías.
- Se usa la coma delante de conjunciones adversativas (pero, mas, sino, no obstante, sin embargo,
entre otros), de conjunciones causales (porque, puesto que, pues, que, ya que) y de conjunciones
consecutivas (en efecto, luego, y así, así que, así es que, por consiguiente, entre otros) cuando las proposiciones que están introducen sean cortas (Marte de Carvajal et al, 1994, p. 106). (Ejemplos:
los árboles no tienen hojas, pero ya las tendrán; tengo mucho que hacer, así que no me esperes hoy).
- Se usa la coma cuando al escribir rompemos el orden gramatical básico de sujeto, verbo y
modificadores. Ejemplo: El rey presenció el desfile desde el balcón de su palacio – Desde el balcón de
su palacio, el rey presenció el desfile.
- Debe escribirse coma para evitar la repetición innecesaria de un mismo verbo. Ejemplo: Yo leí
Crimen y castigo; ella leyó El túnel – Yo leí Crimen y castigo; ella, El túnel.
- La coma puede utilizarse para indicar la omisión de un verbo en un enunciado. Ejemplo: El mejor
alcalde es el rey – El mejor alcalde, el rey.
- Debe colocarse coma después de proposiciones encabezadas por el “si” condicional, delante de
oraciones subordinadas consecutivas y después de oraciones subordinadas precedidas de su oración
principal. Ejemplos: Si quieres tener éxito, trabaja duro; Fue tan grave el accidente, que los dos
pasajeros tuvieron que ser internados de urgencia; Como estás tan ocupado, iré al cine sola.
- Debe utilizarse la coma delante de la conjunción y cuando se trate de oraciones con sujetos
diferentes: Los delegados llegaron, y el alcalde se retiró del recinto; cuando la oración pueda
prestarse a confusión: A Nanis le encanta la pintura, y tender su cama le parece aburrido; cuando
una de las proposiciones sea afirmativa y la otra negativa. Ejemplo: Antonio respondió con
vehemencia, y María no le puso atención.
- Debemos emplear siempre la coma cuando antes del sujeto de la oración aparece un sí, un no
enfático o una interjección. Ejemplos: Sí, espérame esta noche; No, no es posible lo que te había
prometido; ¡oh!, entonces todavía me quieres.
- Utilicemos la coma cuando el sujeto de la oración sea muy extenso (aproximadamente de más de
ocho palabras. Ejemplo: El aceite de oliva que fabrican en la provincia argentina de Mendoza, tiene
propiedades muy saludables.
- Se utiliza la coma antes o después de las oraciones que incluyen una pregunta o una exclamación.
Ejemplos: Te pregunto, ¿qué quieres?; Dicho esto, ¿qué más puedo añadir?; ¡ah!, todavía la
recuerdas.
- Se utiliza la coma ante las conjunciones ni y o cuando las palabras que les siguen expresan un
concepto contrario. Ejemplos: No es liberal, ni conservador; Todo gesto vital es un gesto de dominio,
o de servidumbre.
- Es necesario tener en cuenta que existen muchas expresiones que pueden cambiar de sentido
dependiendo del lugar donde se marque la coma. Ejemplos: El que canta, sus males espanta; El que
canta sus males, espanta.
El punto (.). Tiene como función principal indicar la conclusión de una idea. Existen tres clases: punto
y seguido, punto y aparte y punto final. Sus principales usos son los siguientes:
- Se usa punto y seguido cuando las oraciones que se suceden tienen entre sí estrecha relación,
también cuando terminado de expresar un concepto continuamos razonando sobre el mismo.
Ejemplo: Nietzsche gusta a las mujeres, sin embargo con ellas la cosa no funciona. Ello no se debe a
que sus exigencias sean demasiado intelectuales (…); el obstáculo es de distinta naturaleza. Hay que
buscarlo, sin lugar a dudas, en su pasado. (Pajak, 2000, p. 62).
- Se usa el punto y aparte cuando hemos agotado en un párrafo el asunto tratado y se requiera de
otro para tratar algún aspecto diferente.
Ejemplo: Bien es verdad que Nietzsche tiene con las mujeres una relación equívoca: cortés y amable
cuando esta ante ellas, puede expresarse en sus escritos con una misoginia extremada. Es el niño
maltratado que aúlla y se venga bajo la pluma.
El punto y coma (;). Este signo se usa frente a una pausa mayor que la marcada por la coma y menor
que la indicada por el punto.
Los dos puntos (:). También pertenecen al grupo de signos delimitadores. Detienen el discurso
llamando la atención sobre la expresión que sigue, la cual siempre está relacionada con el texto
precedente.
Signos de interrogación y de exclamación. Sirven para indicar la intensidad y la entonación que desea
imprimírsele a una frase u oración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario